De acuerdo con las más recientes investigaciones sobre la demencia y la enfermedad de Alzhéimer, 90% de los casos pueden prevenirse con simples cambios en la alimentación y estilo de vida. Según los destacados neurólogos y científicos, Dale Bredesen (UCLA University), Dale Sherzai y Ayesha Sherzai (Loma Linda University), se puede revertir el deterioro cognitivo e incluso la enfermedad de Alzhéimer en etapas tempranas con protocolos basados en la alimentación, ejercicio, sueño reparador y reducción del estrés.
Eliminar azúcares tóxicos y alimentos procesados es de vital importancia para que nuestro cerebro no se deteriore; es por ello que debemos prestar especial atención a lo que comemos y a los hábitos que tenemos, si queremos evitar estos padecimientos.
Resulta más fácil de lo que suponemos alimentar nuestras neuronas y mantenerlas en óptimas condiciones. En este caso, los llamados súper alimentos (superfoods), son aliados imprescindibles a la hora de nutrir nuestro cerebro. Te comparto algunos de los más recomendados y sus beneficios.
Cúrcuma. Especie proveniente de la India, la cual recientemente ha adquirido mucha fama por sus múltiples beneficios, entre los que destaca su cualidad anticancerígena, antitumoral y antiinflamatoria. Nos ayuda entre otras cosas a evitar la muerte neuronal, resultando un excelente neuroprotector que combate el envejecimiento celular y previene enfermedades como el Parkinson y el Alzhéimer.
Moras azules y uvas rojas. Sustancias como la antocianina y los polifenoles del resveratrol presentes en estos frutos, cuidan de nuestro cerebro, ya que no sólo protegen a nuestras neuronas por su alto contenido en antioxidantes, sino también a nuestras células del hipocampo, evitando el deterioro cognitivo y retrasando la aparición de enfermedades neuronales degenerativas. ¡Inclúyelas en bowls y smootihies!
Té verde. El consumo de esta bebida, especialmente el matcha, ha adquirido mucha relevancia en los últimos años en la cultura occidental, debido a sus múltiples propiedades y a su alto contenido en antioxidantes. También contiene L-teanina, un aminoácido que cruza la barrera hematoencefálica y tiene propiedades psicoactivas, mejorando el procesamiento de las funciones cognitivas, concretamente de la memoria de trabajo, sugiriendo cambios a corto plazo en la plasticidad de las conexiones cerebrales parieto-frontales.
Semillas de linaza, chía y hemp. Por su alto contenido en ácidos grasos Omega 3 de cadena larga como el EPA y DHA y de cadena corta como el ALA (Ácido Alfa-linoléico) los cuales desempeñan un papel importantísimo en la salud cerebral, tienen propiedades antiinflamatorias de gran relevancia para el cerebro durante el envejecimiento y ayudan a que las neuronas del cerebro se comuniquen mejor entre sí al transmitir mensajes y hacer conexiones.
Chlorella y Espirulina. Estas algas no sólo son una excelente opción para el cerebro por su alto contenido en omega 3, proteínas, minerales y vitaminas. En la chlorella, por ejemplo, se encuentra el factor CGF (Factor de crecimiento de chlorella por sus siglas en inglés), el cual puede ayudar a que el cerebro sintetice las proteínas que son vitales, así como la función biológica y cerebral, fomentando el desarrollo del tejido cerebral sano, disminuyendo el estrés oxidativo y mejorando la actividad cognitiva. La espirulina no se queda atrás, ya que además de mejorar nuestra memoria, actúa como neuroprotector cerebral, reduciendo entre otras cosas, el riesgo de sufrir embolias y trastornos depresivos.
Salmón, sardinas, atún y arenque. El pescado es la principal fuente de omegas 3 EPA y DHA (Ácido Eicosa- pentaenoico) y DHA (Ácido Docosahexaenoico), pero si eliges el consumo de este tipo de omegas, necesitas cerciorarte de que no esté contaminado con mercurio y metales pesados. El salmón de granja a menudo tiene altos niveles de contaminación.
Leguminosas y germinados. Estos forman parte importante a la hora de combatir los efectos del Alzhéimer debido a su contenido en ácido fólico, hierro, magnesio, potasio, colina, (un tipo de vitamina B que aumenta la acetilcolina, que es un neurotransmisor crítico para la función cerebral), por ello, incluye en tu dieta diaria alguna de ellas, previamente remojadas para evitar gases intestinales.
Verduras crucíferas. Vegetales como el brócoli, el repollo, la col rizada (kale o berza) y las coles de Bruselas, las cuales son ricas en nutrientes que benefician la salud del cerebro y que ayudan a disminuir significativamente el deterioro cognitivo hasta en un promedio de 10 años. Inclúyelas en tus ensaladas, jugos o guarniciones.
Frutos secos. Comer pistaches, almendras, nueces, cacahuates, etc.) de forma regular, mejora las frecuencias de las ondas cerebrales asociadas con la cognición, la memoria, el recuerdo, el aprendizaje y otras funciones cerebrales clave; ya que además de su contenido en Omega 3, son ricos en vitamina E, ácido fólico, melatonina y antioxidantes.
Como puedes darte cuenta, tenemos al alcance de nuestra mano la forma de nutrir y alimentar a nuestro cerebro para detener su deterioro o revertirlo. No olvidemos el tema del estrés, ejercicio y descanso. Todo suma y aporta.
¡Dale un reset a tus neuronas!
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